En una noche llena de propósito, pasión y conexión global, The Power Plugin participó con orgullo en una subasta benéfica organizada por SIGMA y la Fundación Sigma en Brasil, una de las tierras más emblemáticas del fútbol.
El evento reunió a líderes de la industria del iGaming, emprendedores y agentes de cambio con una misión común: utilizar los negocios como una fuerza para el bien. Entre los momentos destacados de la noche estuvo la donación de una camiseta de Brasil firmada por Pelé, el legendario Rey del Fútbol, realizada por The Power Plugin y su CEO Giovanni Falzone.
El exclusivo artículo de memorabilia despertó una competencia de ofertas, alcanzando finalmente una propuesta ganadora de $9.000. Cada centavo será destinado directamente a proyectos benéficos apoyados por la Fundación Sigma, destacando el poderoso papel que los deportes y los negocios pueden desempeñar en la creación de un impacto real en el mundo.
“Esto es más que una camiseta, es una pieza de historia. Y ahora también es un símbolo de cómo la pasión por el fútbol puede ayudar a generar un cambio significativo”, dijo Giovanni Falzone, CEO de The Power Plugin.
Esta es la segunda vez en la que una donación de The Power Plugin ha ayudado a recaudar fondos significativos para caridad. La creciente startup es conocida por su enfoque único de marketing y compromiso a través de la memorabilia deportiva, ofreciendo a los operadores de apuestas y plataformas de juegos la oportunidad de premiar y retener a sus usuarios con artículos que tienen un valor emocional e histórico.
A través de campañas, sorteos y estrategias centradas en coleccionistas, The Power Plugin tiende un puente entre la cultura deportiva y el compromiso de los fanáticos — todo mientras sigue comprometido con devolver algo a la comunidad.
“En TPP, no solo activamos memorabilia deportiva para el marketing — sino que buscamos activar emociones, conexiones y propósito. Estamos orgullosos de ver cómo nuestros artículos se utilizan para hacer una diferencia”, agregó Giovanni Falzone.
La noche en Brasil no solo fue una celebración del legado del fútbol, sino un recordatorio de su potencial para unir comunidades y apoyar causas mucho más allá del campo de juego.